Antes que soluciones reales a las demandas de los manifestantes, los paros se convierten en una vitrina para los politiquero que posan de benefactores ante sus incautos defendidos.
Con la efervescencia que tiene un Alka Seltzer las movilizaciones sociales nacen, crecen, se revotan y vuelven a su estado natural, trayendo consigo soluciones que muy pronto desaparecen para volver a rebozarse con el tiempo.
Lo que si no desaparece es el interés de quienes, aprovechando la vocería que les ha dado la propia ciudadanía, quieren perpetuarse en el poder, dejando claro que lo que menos les importa es el bienestar de la gente, el equilibrio natural o el desarrollo integral de la sociedad a la cual pertenecen.
Con sus propósitos soterrados solo buscan hacerse notar para sacar dividendos políticos en los siguientes comicios, sacando a relucir los 'favores prestados', mientras que las 'víctimas de ocasión', tienen que seguir pasando el trago amargo de su lamentable situación.
Sin tener una pizca de humildad y humanidad solo quieren aparecer en todas las fotos, selfis, riles, videos y toda forma de show mediático o como llaman ahora 'payasada' que les generen votos no solo en sus aspiraciones personales sino de su círculo político.
Para nada les importante, que como en el caso de los paros por la transición energética, estos sean los primeros de muchos que vendrán y que ellos solo estarán esperando como un bocato di cardinale para sumar clientela electoral.
Conocedores de esta mecánica politiquera osan de advertir, que inclusive, hay seudolíderes que provocan los paros o los están respaldando tras bambalinas, mientras que en el frente de las manifestaciones otros ponen el pecho como dóciles ovejitas y así se la pasan en un continuum de su actuar. Que vivan los paros a cambio de votos.
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